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Faces de Eva. Estudos sobre a Mulher

versão impressa ISSN 0874-6885

Faces de Eva. Estudos sobre a Mulher  no.50 Lisboa dez. 2023  Epub 21-Fev-2024

https://doi.org/10.34619/2deb-rzvi 

Entrevista

Martha María Romero Mejía: passos para a independência

Martha María Romero Mejía: pasos hacia la independencia

Martha María Romero Mejía: steps toward Independence

i University of Wisconsin-Eau Claire, Department of Languages, Eau Claire, WI 54701, United States. Email: degravae@uwec.edu

ii University of Wisconsin-Eau Claire, Latin American and Latinx Studies Program, Eau Claire, WI 54701, United States.

iii University of Wisconsin-Eau Claire, Department of Race, Ethnicity, Gender, and Sexuality Studies, Eau Claire, WI 54701, United States.


RESUMO

Resumo: Nesta entrevista-testemunho, Martha María Romero Mejía descreve experiências fundamentais na sua vida - abandono infantil, violência sexual e psicológica, ser mãe solteira, ser testemunha dos protestos contra o presidente Daniel Ortega em 2018, ter o seu nome numa lista negra do governo nicaraguense e sobreviver à odisseia até à Costa Rica. Oferece uma perspectiva pessoal sobre a crise de 2018 e sobre o contexto autoritário, económico e de vigilância na Nicarágua actual. Falando com a sua experiência de refugiada, ela explica como se tornou artista de piñata e empreendedora e o significado da palavra “refugiado”.

Palavras-chave: autoritarismo; empoderamento da mulher; migração; Nicarágua; refugiado; violência

RESUMEN

Resumen: En la presente entrevista-testimonio Martha María Romero Mejía relata experiencias determinantes en su vida - el abandono familiar, la violencia sexual y psicológica, ser madre soltera, presenciar las protestas contra el presidente Daniel Ortega en 2018, ser “fichada” por el gobierno nicaragüense, y sobrevivir una odisea para llegar a Costa Rica. Ofrece una óptica personal a la crisis de 2018 y al contexto autoritario, económico, y de vigilancia de la Nicaragua actual. Desde su posición como refugiada explica cómo llegó a ser artista de piñata y emprendedora y el significado de la palabra “refugiado.”

Palabras clave: autoritarismo; empoderamiento de la mujer; Nicaragua; refugiado; violencia

ABSTRACT

Abstract: In this interview-testimonio Martha María Romero Mejía, describes pivotal experiences in her life - child abandonment, sexual and psychological abuse, being a single mother, witnessing the 2018 protests against President Daniel Ortega, her name being added to the government’s “blacklist,” and surviving an odyssey to reach Costa Rica. She offers a personal optic to the 2018 crisis and context to authoritarianism, surveillance, and the economy in today’s Nicaragua. From her position as a refugee, she explains how she became a piñata artist and entrepreneur and the meaning of the word “refugee”.

Keywords: authoritarianism; migration; Nicaragua; refugee; women’s empowerment; violence

Martha Mejía 

Martha María Romero Mejía es del municipio porteño de Corinto que queda en el noroeste del Pacífico de Nicaragua. Tras refugiarse en Costa Rica en 2018, se ha hecho emprendedora que se dedica al arte de crear piñatas. En la entrevista-testimonio1 que sigue Romero Mejía relata experiencias determinantes en su vida. Sus padres la dejaron para ser criada por sus abuelos. Violada a los 13 años, sus abuelos la obligaron a casarse con su violador. Debido a la violencia física y psicológica que experimentó a manos de su marido, Romero Mejía lo dejó a los 18 años para criar a sus hijos sola.

Romero Mejía trabajaba en una comidería en el centro de Managua en april 2018 cuando sucedieron las protestas contra el presidente Daniel Ortega y las políticas de su administración. Presenció la violenta respuesta a los disturbios por parte del gobierno. Con la dueña de la comidería y sus compañeros de trabajo, Romero Mejía les proporcionó alimentos y agua a los manifestantes, y les prestó asistencia médica de urgencia a los heridos. Por haberles dado auxilio a personas vistas por el gobierno como anti orteguistas, su nombre fue agregado a la larga lista negra del gobierno. Fue fichada. En la presente entrevista-testimonio, Romero Mejía ofrece una óptica personal a los eventos de april 2018 y al contexto autoritario y de vigilancia de la Nicaragua actual. También relata su odisea de varios meses para llegar a Costa Rica. Desde su posición como refugiada en Costa Rica explica cómo llegó a ser artista de piñata y emprendedora.

Romero Mejía sueña con establecer un espacio donde madres que han vivido la violencia doméstica encuentren esperanza y tengan la oportunidad de aprender a hacer piñatas para mantener a sus familias. Al final de la entrevista-testimonio ella reflexiona sobre el significado de la palabra “refugiado” observando que “(l) a palabra ‘refugiado’ es la mano que abraza, que abrazó a todo el que vino buscando y nos refugió aquí. Y aquí nos tiene Costa Rica. Aquí nos tiene.” Romero Mejía espera que cuando sus hijos reflexionen sobre el pasado, presente, y futuro, recuerden la experiencia de ella y que les tiendan la mano a otros en el futuro: “Yo les digo ‘quiero que ustedes siembren esa semilla que yo les estoy sembrando. Véanme a mí, una mujer luchadora que a pesar que no está en su país, lucha cada día. Y aquí uno camina libre, hace y deshace, y no es su país.’”

¿Podría Ud. hablar un poco sobre su vida antes de la crisis de 2018?

Sí, claro. Trabajaba en una comidería. Era comidería, repostería y pastelería. Había un poco de todo. De hecho, este trabajo era, como todo para mí, en la lucha día a día trabajando. El país estaba bastante golpeado antes que pasara lo que pasó. O sea, el presidente, ya tiene el país deteriorado. A raíz de lo que pasó, se deterioró algo más. Pero la economía antes de la crisis económica del 2018 ya estaba un poco decaída. Entonces trabajaba.

Soy madre de tres niños, y ahí trabajando, tratando de sacar la familia adelante porque yo era y soy padre y madre para mis hijos. De hecho, el mayor andaba conmigo trabajando. Pero gracias a Dios, aún bajo muchas circunstancias hemos andado trabajando juntos para salir adelante, a pesar de que el país cada día va pobre, pobre, pobre porque todo cuesta caro. En ocasiones solo para comprarse un par de zapatos. Era carísimo entonces. Pero como todo, a salir adelante.

Es cierto que tal vez Corinto no afectó mucho. Soy de ahí, pero no trabajaba en Corinto. Yo trabajaba en el centro en Managua que fue donde afectó más. Yo trabajaba por ahí, porque Corinto no es una fuente de trabajo. Entonces uno tiene que ir a trabajar como, aquí al centro, en San José. (Managua) fue donde más se dio los enfrentamientos. También fue un tema de entonces la crisis económica. Nos pegó tanto, y tuve que dejar a mis hijos. Tuve que dejar a mi mamá, a todo el mundo.

¿Cómo les ha impactado la crisis de 2018 a Ud. y a su familia?

Demasiado. Porque a mis hijos los tuve que dejar a raíz de esta situación que le acabo de decir. Donde yo trabajaba era en una comidería, y ahí en frente se dieron los enfrentamientos. La patrona le daba pesar o sentía angustia, y ella les mandaba a dejar comida a los que estaban luchando. Y les repartíamos agua, y les dábamos comida. Muchos caían heridos. Entonces, nosotros les ayudamos a auxiliar. Y a raíz de eso, mi patrona tuvo que huir.

Nosotros estábamos también ayudando. Una gente salió diciendo que nosotras supuestamente estábamos “Ayudando al pueblo a levantarse contra el gobierno.” Pero no. Nosotros lo que andábamos haciendo era ayudando al caído, es decir, heridos. De hecho, yo estuve cuando agarraron e hirieron a un muchacho. Era Alvarito.2 Los muchachos que andaban eran estudiantes. Eran menores de edad. A veces 18, 17, 15, 14, ayudando porque el pueblo se levantó en sí porque les querían quitarles un bono a los ancianos.3

Y el gobierno solo jala para él (Ortega). No jala para el pueblo. Eso es pura mentira que dice que “él (Ortega) jala para el pueblo.” No es cierto. Eso no es cierto. Eso habla, pero para él mismo llenar sus bolsillos.

Nosotros mirábamos cómo caían los niños heridos, porque les tiraban a matar. ¿Cuántos niños murieron? ¿Cuántas cosas injustas hizo la Guardia Sandinista? Era injusto lo que hacían. Entonces nosotros, mi hijo, la patrona, comenzábamos a darles comida, porque ahí se detuvo. Ya no se podía trabajar. Ya no se trabajaba. Ya no se vendía. Ya no podíamos porque ya estaba el disturbio. Y el pueblo se había levantado contra el gobierno por las injusticias que estaba haciendo.

Nosotros empezamos a darles agua, auxiliarlos, a curar heridas, y si a alguien le rajaron la cabeza, ponerse a vendarlo, porque en los hospitales no querían atender. No ayudaron. Por órdenes superiores mandaron a cerrar los hospitales. Se cerraron muchas cosas. Por eso, muchos niños murieron, porque él (Daniel Ortega) no permitía que “los que estaban ahí luchando contra el pueblo” - o sea, luchando que no les quitaran a los ancianos (su bono) - (fueran atendidos).

Entonces él (Ortega) dijo que no. Entonces la gente se levantó contra el gobierno. Nosotros les ayudamos a las personas con comida, con agua, con cosas así. A raíz de eso, se deterioró más el país, y además hay mucha gente presa injustamente. Por eso nos vinimos a refugiar a este país nosotros.

No fuimos los únicos que venimos aquí a refugiarnos por lo mismo, sino que también porque en el pueblo de donde yo soy, donde yo vivo, hay personas que son militantes del sandinismo, es decir, gente simpatizante del gobierno. Te conocen. Sabían que yo andaba, y sabían dónde trabajaba, y ahí sabían que yo andaba participando, ayudando. Entonces, empezó la Guardia Sandinista a andar buscando a la gente que dice que hizo que “nos levantáramos contra el pueblo,” y nos querían meter preso. Por eso, nos venimos a refugiar.

¿Cuándo tuvo que refugiarse?

Yo me refugié en el 2018. Fue en abril. Pasaron abril, mayo, junio, como en diciembre, en noviembre. Yo entré por puntos ciegos porque yo no podía presentarme ni tan siquiera dar mi cédula, porque a uno lo agarran, lo registran, y lo meten preso. Entonces, uno se viene por puntos ciegos, y ellos ya vienen por montes.

Entonces vino caminando.

Sí, por monte, es decir, por caminos en las montañas yo tuve que ir. Yo no podía subirme en los buses porque me pedían papeles, y como estaba reciente todo, le piden papeles a uno. Cuando me piden la cédula, yo digo,

- “No, no tengo, solo partida de nacimiento. Es que no ando nada. Voy para León.” El militar dijo - “Ah, bueno, pase. Pero es nicaragüense ¿sí? ¿De qué lugar era?” - “En tal lugar.” - “Ah, bueno.”

Yo no decía de qué lugar, sino que daba otro tipo de lugar donde vivía, porque si yo les decía la verdad, entonces iban a captar que uno era de ahí. Y así hasta que llegué hasta la frontera.

¿Cuánto tardó en llegar a la frontera?

Como todo eso se produjo en abril, yo me fui para mi lugar en Corinto. Los del gobierno empezaron a llegar, y la gente que me conocía me decían, “Váyase porque vienen por su cabeza. Váyase porque vienen por su cabeza. Ya saben los que participaron ahí. Ya la policía sabe quiénes son, quiénes andan.” Entonces yo salí de Corinto. Luego viajé a Chinandega, a una comarca que se llama San Benito, que allí vive mi familia. De ahí viajé a León. De León, viajé a Carazo. De Carazo, empecé así a viajar hasta que vine a Costa Rica. Yo vine llegando ahí como en noviembre.

Me costó entrar porque ya se (había) extendido toda la policía por Rivas y todo el ejército, porque sabían que había gente que iba a salir del país. En horas de la madrugada, nosotros salíamos. Nos pasamos caminando los puestos para cruzar la frontera, y decían, “¿De dónde vienen ustedes?” Como yo tengo una prima de mi misma edad, andaba la partida de nacimiento de mi prima. Y ellos llamaban, verificaban, y, por supuesto, ellos no tenían fotos de mi prima. Así yo me la jugaba hasta que llegué a la frontera. De la frontera ya pasé por puntos ciegos. Iba caminando, aguanté hambre, sol, y mucha lluvia.

¿Y a dónde llegó?

A Costa Rica, al Parque La Merced. Ahí dormí cuatro días sin comer nada. Me quedé en las calles con mi familia, mis hijos. Y ya después me encontré con un familiar a eso de las 18:00 de la tarde cuando tenía que ir a trabajar una muchacha. Vi que era un familiar, y me dijo,

- “¿Qué hacés aquí?” Y yo dije, “Es que allá me andan siguiendo.” - “Ya vámonos,” me dijo.

Yo tenía cuatro días sin bañarme, sin comer, sin nada. Pero yo me decía, “No me puedo regresar porque me pueden matar. Voy a ser presa si yo no he hecho nada.” Ella me llevó a vivir a su cuarto.

Después me llamó. Me dijo que aquí había una condición (laboral) de refugiados, y fuimos. Y así conocí el tema de los refugiados, y, gracias a Dios, me encontré un trabajo bueno. Dios me premió. Me encontré un trabajo de trabajar en hogares. Trabajé mucho. Hoy en día tengo a mis hijos porque los acosaban para que ellos salieran de Nicaragua. Al final todos salimos por puntos ciegos.

¿Y cuándo vinieron acá?

Ellos vinieron en el 2019. Pero uno agarró para Estados Unidos, y el otro se quedó aquí. A mi mamá también la tuve que sacar. Mamá vive conmigo porque la acosaban. A ella la acosaban, y entonces la tuve que sacar igual también. Y ahora estamos aquí. Por eso, yo nunca estoy en un parque por seguridad.

A raíz de la pandemia me quedé sin trabajo. Entonces comencé a hacer piñatas, diademas, y además lazos. Hago muchas cosas. De ahí he sobrevivido gracias a Dios.

¿Qué tipo de publicidad hace para vender las piñatas que hace?

Unas yo las subo a las redes sociales. Otras me pongo a hacer, y las cuelgo en mi casa, y ahí pasa la gente y, “¿Cuánto vale?” Y a veces hay niños, porque en mi niñez, es otra historia, pero yo siempre soñé que mi mamá me celebrara mi cumpleaños con una piñata. Yo nunca, nunca en la vida pude tener una piñata y decir “Es mi piñata.” Entonces, eso me apasiona. Hay niños que me llaman, y me dicen, “Mamá, quiero una piñata. Dame una piñata. Yo quiero una piñata.” Yo se las regalo porque a mí nunca me llegaron a entregar una piñata con confites. Esas son mis pasiones. Yo hago este tipo de magia.

(Mirando una foto) ¡Wonder Woman!

Ésas son para tomarse selfies. Usted agarra este cuadro para tomar fotos. También hago lazos, trencitas para las nenas. Esto era de la Mujer Maravilla. El tema era la Mujer Maravilla. Entonces se le hace esto la corona. (Ensenando otra foto) Esto fue que era de Cristiano Ronaldo...

¡Ja, ja, ja!

Fue para un chiquito. Era fanático. Y vea, éstas son para bebés.

¡Un unicornio!

Sí, yo hago todo tipo de piñata. Es mi pasión.

¿Y le trae alegría?

Sí, sí. Hay momentos de que hago bolsitas también. Y éstos son cintillos para bebé de recién nacidos. En fin, hago también estos arreglos con globos. Yo hago de decoraciones. Esto fue el 14 de febrero. Es que me los pidieron hacer.

¿Y de dónde saca ideas para nuevos proyectos?

Son mis sueños. Mi sueño es poner un taller de piñatas, poderles ayudar a las mujeres maltratadas que tengan hijos (para que) puedan salir adelante, y decirles “¡Venga, trabajemos! ¡Vendan sus piñatas! ¡Ustedes vendan!” Así darles herramientas a ellas. Es mi sueño ayudarles y decirles “¡Nosotros podemos! ¡Nosotros podemos! Un hijo no nos va a quitar los sueños que uno tiene.”

En mi caso, yo fui mamá a edad de los 13 años. Alguien llegó. Me abusó. Mis abuelos me criaron porque mis papás no me quisieron. Me entregaron con mis abuelos. Y alguien llegó, y abusó de mí. Entonces mis abuelos dijeron, “¡Qué vergüenza a la familia!” No querían. Llegaron, y de una vez me hicieron quedarme con mi violador. Luego yo le tuve los tres hijos a mi violador. Yo a los 18 años tenía mis tres hijos. Fue cuando yo ahí me armé, y dije “No más. Ya no voy a permitir que me maltraten.” Porque me pegaba, me arrastraba, me hacía de todo, y yo lo dejé.

Ahí yo en mi país nunca pude llegar a hacer una piñata, nunca en mi vida. No podía. No había los medios. No podía. Y cuando yo vine a refugiarme a este país, yo me quedaba viendo todo en el centro de San José. A las 11 del día miraba las piñatas, y me decía, “Lindísimas. ¿Cuándo yo voy a hacer una piñata? ¿Cuándo?” Y una vez una señora en que íbamos en el bus que yo ya iba a trabajar, me decía,

- “Amor, vieras que, en tal lado, van a dar cursos de piñatas y diademas.” Y yo, - “¡Ay! Yo no tengo para pagar eso. Son cursos carísimos.” - “Mire, no. Ahí hay una monjita que enseña.” Y yo, - “¿Qué? Yo voy a ir.”

Fui, me inscribí, y le dije a la monjita,

- “No tengo plata. Yo le voy a hablar claro.” - “No. Es que aquí no se cobra. Es una colaboración, y los materiales son reciclables. Usted emprende, y en el momento que te empiece a haber platita, entonces usted ahí compra sus materiales que ocupa. Pero aquí son reciclables. Son para que aprendan.”

Así empecé. La monjita ha visto que sí puedo. Más bien ahorita me acaban de poner un mensaje que si voy a volver a entrar a los cursos, a otro tipo de cursos. Yo le dije que sí, que iba, porque hasta el Alto de Guadalupe, es una iglesia, es una parroquia, pero tiene sus salones donde dan clases. Ahí fue donde empecé.4

¿Qué le motiva a Ud. a salir adelante como refugiada?

¿Qué me motiva a salir adelante? Primero que todo, mis hijos, mi familia, y lo que he aprendido, porque Costa Rica no es Nicaragua. Es libre de expresión. Costa Rica para mí es algo increíble. Hay oportunidades. Hay emprendimiento que usted dice, “Bueno, voy a hacer una piñata, me voy a ir, y la voy a vender.” Yo sé que la vendo. Eso me motiva a salir adelante, y me motiva a decir, “Sí, se puede esto.” Estoy en un país que no es el mío, pero sí, se puede. He podido salir adelante a pesar de todo lo que me pasó, de todo lo que viví en mi país.

Lo que se está viviendo en (Nicaragua es) una crisis demasiado fea, todo carísimo. Y la familia dice que, “Ya no. Que lo que uno gana no alcanza.” Todo mundo emigra para diferentes lugares. La represión que hay en el país, es más.

Eso me impulsa más. Me motiva, y digo, “No. Aquí hay muchas oportunidades. Es aquí. El que no quiere, el refugiado que no quiere salir adelante es porque no quiere.” Pero eso me impulsa a ver las cosas más allá, a decir, “Bueno, guau, tal vez hoy no se dio, mañana sí.” Me levanto, y digo, “Gracias, señor. Fue un día malo, pero hoy va a ser mejor que ayer.” Eso me impulsa, y siempre que yo veo mujeres yo les digo, “Mami, vea, aprenda.” Yo les hablo, y les digo, “Algún día voy a tener un taller donde vamos a emprender muchas mujeres.” Y yo digo, “Será un local grande.” Y yo me imagino a todas las mujeres haciendo labores de piñata. Ese es mi sueño.

¿Cómo quiere que futuras generaciones recuerden este momento y los esfuerzos que mujeres refugiadas como Ud. han hecho para salir adelante?

Yo les hablo a mis hijos, y yo les digo, “Vean todo lo que pasamos. Recuerden esto, toda la época que hemos vivido.” Y yo les digo, “Recuerden cómo empezó mamá desde cero aquí en Costa Rica, donde me vine a refugiar en un país que no conocía, que no eran mis raíces, que me tenía que acostumbrar, donde pasé hambre, donde pasé muchas cosas.” O sea, yo les inculco que valoren lo es la palabra “refugio.” Les inculco lo que es realmente la palabra “refugio.” Valorar en qué momento llegué a este país. No vinimos a hacer daño. Vinimos a aprender. Lo malo que nos tocó vivir en nuestro país ya pasó. Ahora toca lo bueno en Costa Rica.

La palabra “refugio” es una palabra muy linda, muy bella, porque es algo que usted viene a conocer. Y dije, “En mi vida yo, ¿qué sabía qué era refugio?” Nunca pensé llegar a un país a refugiarme, porque en el mío no era algo confiable estar. Mientras que uno (no) emigra, llega, y vive en carne propia qué es un refugiado-porque aun así algunos ticos no quieren a los refugiados-usted no sabe todo lo que uno vive.

Yo les digo a mis hijos, “Valoren la palabra ‘refugiado.’ Valoren. Valoren.” Me dicen, “Mamá, pero vea todo lo que uno aprende. Vea los montones de redes que hay. Ayudan especialmente al refugiado.” Y otros se lucran de los refugiados, solo por tener el término de “refugiado,” pero están largo de conocer o saber el término de la palabra “refugiado.” ¿Por qué? Porque la palabra “refugiado” es una Costa Rica con los brazos abiertos. No para que venga a hacer daño. Es para que ayudes al país también. Yo les hablo así a mis hijos. Yo quiero que recuerden cómo vinimos aquí. Yo les digo,

- “Quiero que ustedes siembren esa semilla que yo le estoy sembrando. Véanme a mí, una mujer luchadora que a pesar que no está en su país, lucha cada día, y aquí uno camina libre, hace y deshace, y no es su país.” Hay que valorar la palabra “refugiado.” Yo les hablo así a mis hijos, y me dicen, - “Sí, mamá tiene razón todo lo que usted dice.” Yo quiero que el día que a mí me pase algo ellos recuerden lo que yo les digo, - “La palabra ‘refugiado’ es la mano que abraza, que abrazó a todo el que vino buscando, y nos refugió aquí.” Y aquí nos tiene Costa Rica. Aquí nos tiene.

Antes de terminar, ¿Ud. tiene algo más que quisiera compartir?

Yo le doy muchísimas gracias; no me canso de darle gracias a Costa Rica. Es un país pequeño, porque el de nosotros es el doble con riqueza, fauna, pero a la misma vez no tenemos la dicha que tiene Costa Rica. Le agradezco muchísimo a Costa Rica por todo lo que nos ha dado como refugiado. No es un país que tiene riquezas como nuestro país, que tiene mucha, mucha riqueza. Pero ¿de qué nos sirve? (Nicaragua) tiene bastante, pero no es Costa Rica. En cambio, Costa Rica tiene poquito, pero le da a todo mundo. Es como usted ha visto una vertiente que todo el mundo llega a tomar ahí agua y rica, sabrosa, deliciosa. Es Costa Rica para mí. Nicaragua puede tener miles de lagos, pero el agua es salada, amarga, porque se vio muchas cosas injustas.

    Y una familia viva. Gracias por compartir su historia.

    REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

    Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). (2018, mayo 21). Observaciones preliminares de la visita de trabajo de la CIDH a Nicaragua. OEA. https://www.oas.org/es/cidh/prensa/Comunicados/2018/113.aspLinks ]

    Robles, F. (2018, abril 27). ‘Nicaragua cambió’: arrecian las protestas contra Ortega. New York Times. https://www.nytimes.com/es/2018/04/27/espanol/america-latina/nicaragua-protestas-ortega.htmlLinks ]

    Notas

    1 Entrevisté a Romero Mejía en San José, Costa Rica el 16 de enero, 2023. Deseo expresar mi agradecimiento a Marilyn Mantilla por facilitar la entrevista y a Alma Travel por proveer un espacio tranquilo y seguro para hablar con ella.

    2 La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) observa que “el 20 de abril se desató en Managua una represión encabezada por fuerzas policiales y grupos motorizados que abrieron fuego e incendiaron las instalaciones de la Universidad Nacional de Ingeniería. En los sucesos muchos estudiantes se dieron a la fuga, pero varios de ellos quedaron atrapados en el recinto y perdieron allí la vida o sufrieron graves heridas. Uno de los cuales fue el adolescente Álvaro Conrado de 15 años de edad, impactado de bala en su cuello y cara cuando ingresaba hacia a la universidad, testigos afirmaron que los disparos fueron efectuados por francotiradores” (CIDH, 2018).

    3 En april 2018 el presidente Daniel Ortega propuso una “reforma al sistema del seguro social” que “(requerría) que los trabajadores contribuy(eran) con más dinero al sistema, pero que los jubilados recib(ieran) menos. Los estudiantes universitarios, que ya estaban enfurecidos después de un incendio forestal en una reserva natural que el gobierno no extinguió, se movilizaron con fuerza. Se toparon con las muchedumbres progobierno.” Tres días después del comienzo de las protestas “Ortega revocó las reformas de seguridad social” (Robles 2018).

    4 Iglesia Medalla Milagrosa El Arte, distrito Guadalupe, San José, Costa Rica.

    Aceito: 11 de Outubro de 2023

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